miércoles, 21 de julio de 2010

Hablemos de la evolución,coño ya! Parte2

A medida que los Replicantes y sus distintos tipos se fueron haciendo más abundantes,aquellos peor preparados no podrían prosperar frente a otros con mejor equipamiento regla era clara: la supervivencia del más apto.
Nuevos Replicantes surgirían, cada vez mejor armados y equipados para sacar partido del entorno y de otros Replicantes. Necesariamente,muchos modelos un tiempo exitosos dejarían de serlo a medida que otros mejor adaptados apareciesen, dejando a aquellos obsoletos y eliminándolos directa o indirectamente.
Pronto los Replicantes se servirían incluso de complicados artefactos diseñados y programados por ellos mismos.
Por simplificar, identificaremos dichas máquinas de supervivencia con las primeras formas de vida.
La selección natural había dado lugar a la evolución tal como hoy la conocemos.
Y esta era, por definición, imparable

LA FINALIDAD DE LA VIDA: SOBREVIVIR Y REPLICARSE

múltiples formas, esta solo existe para servirles a ellos.
Y ellos, como hemos visto, tienen una única misión: sobrevivir y replicarse.
Aun cuando nos consideremos totalmente libres e independientes, no hay que olvidar que tanto nuestros cuerpos como nuestros cerebros están diseñados para maximizar la probabilidad de que estos Replicantes puedan realizar numerosas copias de sí mismos y perpetuar así su existencia a lo largo del tiempo.
No nos controlan directamente del modo en que un piloto controla a su vehículo, sino como un grupo de ingenieros programadores controlarían a un robot que ha sido enviado a otro planeta.
Este podría aprender y actuar con cierta independencia de criterio, pero siempre fiel a los designios de sus
programadores. Es decir, no controlarían directamente sus acciones, pero sí su “política de acción”.
Pues bien, eso es exactamente lo que han hecho los genes con los seres vivos.
Nos han diseñado y programado, con instrucciones más o menos específicas en función de la clase de máquina biológica de que se trate.
Pero siempre con la clara misión de convertirnos en robots de replicación y supervivencia trabajando a su servicio.

EL CRUZAMIENTO GENÉTICO

Al igual que un buen futbolista trataría de escapar de un mal equipo que limita su potencial y le impide ganar tanto como lo haría en otro equipo, los genes necesitan combinarse con otros genes para aumentar su probabilidad de éxito.
En algunos casos, encontrarán malos equipos que les servirán de escasa ayuda en su misión; en otros, dar con los compañeros adecuados supondrá auténticos golpes de suerte.
Como ocurre con la mayoría de las especies, en la nuestra el cruzamiento genético tiene lugar cuando quiera que nos reproducimos.
Cada vez que un óvulo se ve fecundado por un espermatozoide, los genes de una persona se barajan con los de su pareja. Así es como se producen “nuevas alineaciones”, ya sean perjudiciales o beneficiosas para un gen concreto.
Como es lógico, el que un gran número de dichas reagrupaciones se produzca, suele redundar en beneficio de los genes. A fin de cuentas, las malas alineaciones tienden a desaparecer.
Las buenas, tienden a perpetuarse y podrán dar lugar a incluso mejores combinaciones en el futuro.
Cuantas más de estas reagrupaciones se produzcan, más probabilidades habrá de que algunas de ellas resulten excelentes.

LAATRACCIÓN COMO HERRAMIENTA DE LOS GENES

Bajo esta nueva perspectiva, no nos sorprende ya que la atracción exista y que esta no se elija.
A fin de cuentas, no se trata más que de parte del programa con el que somos arrojados a la existencia
Aunque parte de la atracción puede educarse culturalmente y a través de otros factores, gran parte de sus mecanismos están “instalados” en nosotros por defecto.
Utilizando una nueva analogía, podríamos decir que “vienen de serie”.
La finalidad de dichos mecanismos es, ante todo, salvaguardar la supervivencia y una replicación mínima de los genes.
Pero la atracción y sus mecanismos también obedecen a objetivos más ambiciosos. Uno de ellos es sacar el mayor partido del cruzamiento genético,ayudando a los genes particulares de un cuerpo a obtener el máximo
número posible de “excelentes” alineaciones
Por simplificar, podríamos decir que el objetivo último de los genes es obtener el mayor número posible de copias. Algo que, a su vez, solo se logra obteniendo el mayor número posible de buenas alineaciones.
Como pronto veremos, dicho objetivo se consigue por caminos distintos en el caso del hombre y aquel de la mujer, dando lugar a estrategias reproductivas diferentes.

martes, 20 de julio de 2010

Hablemos de la evolución,coño ya! Parte1

 A raiz de un libro que estoy leyendo,me asaltó el instito curioso que hay en mi y me dió por investigar un
 poco a Darwin(Si,el de los monos).
Y si por casualidad os pica la curiosidad a alguno,no dudeis en investigar sobre él,porque hay cosas increibles,ahora voy a intentar hacer un breve resúmen de porque nos gusta lo que nos gusta y porque los tios son tan promiscuos en cuanto al sexo mientras que las chicas son más retraidas para eso.

Afrontémoslo. Las tías buenas están ahí. Y, lo queramos o no, ejercen un gran poder sobre nosotros.
Mujeres como Mónica Bellucci, Leticia Casta o Angelina Jolie son capaces de despertar atracción instantáneamente en miles de millones de hombres de sustratos, gustos y culturas diferentes.
Y aun cuando ninguna de las mujeres citadas sea “tu tipo”, apuesto a que si cualquiera de ellas estuviese
ahora mismo dondequiera que te encuentres, se acercase a ti lentamente y te pasase el dedo por el cuello mientras te mira intensamente a los ojos con los suyos brillando de deseo… apuesto, entonces, a que en tu organismo se produciría un súbito cambio fisiológico.
¿Qué sentirías si, en cambio, hiciera lo mismo esa sesentona con sobrepeso y vello facial con la que te cruzas a diario? Con toda seguridad, algo completamente distinto. ¿La razón? No es una tía buena.
Ahora bien, ¿te has planteado alguna vez qué es una tía buena exactamente?
¿Quién lo decide? ¿Cómo es posible que exista un acuerdo tan generalizado sobre ellas? ¿Y por qué provocan tales reacciones en nosotros?
La respuesta que yo he encontrado a todas estas preguntas es bastante simple.
Las tias bienas, simplemente, accionan una serie de interruptores en nosotros encargados de activar el mecanismo de atracción.
En definitiva, la atracción nos viene impuesta por factores que están fuera de nuestro control. Por supuesto, podemos luchar contra ella.
Pero esa ucha, ¿no hace aun más evidente que nos encontramos frente a algo que no
hemos elegido?
Podemos entonces afirmar que la atracción no es una elección. Al menos no lo es en el caso de los hombres. Pero, ¿qué ocurre con las mujeres? ¿Son ellas diferentes?
LA RESPUESTA ESTÁ EN LA EVOLUCIÓN

Si crees que Darwin no tiene nada que ver con una vida sexual plena, es hora de que revises tus ideas.
Por sorprendente que te pueda parecer yo creo que, en última instancia, aquello responsable de que las mujeres que he mencionado antes nos exciten sexualmente no hay que buscarlo más allá de nuestros genes.
Y estos son como son por razones puramente evolutivas.
Según Richard Dawkins, en el principio solo había simplicidad.
Tras la gran explosión que dio origen al universo, este empezó a verse paulatinamente poblado de cosas estables.
Por “cosa estable” entendemos una colección de átomos que es lo bastante permanente o común como para
merecer un nombre.
Esto no tiene nada de sorprendente si pensamos en el comportamiento de los átomos.
Cuando los átomos se topan con otros átomos, estos tienden a asociarse en reacciones químicas dando lugar a las moléculas, las cuales pueden ser más o menos estables.
Por definición, las inestables ocurrirían con menos frecuencia o, cuando no lo hiciesen, durarían menos que las estables.
Era, pues, de esperar que con el tiempo el universo se fuese viendo más y más poblado de cosas estables. Esto era así hasta el punto de que, en lugares de superficie y número de átomos limitados como la Tierra, pronto pudiéramos hablar de Supervivencia de lo Estable.
Esa fue, pues, la primera forma de selección natural que tuvo lugar.
 EL PRIMER REPLICANTE

En un momento dado de la “Verdadera Historia Universal”, ocurrió algo que cambiaría el aspecto de la Tierra para siempre.
De entre las numerosas reacciones químicas que tenían lugar en ella, casualmente surgió una que tenía la propiedad de crear copias de sí misma. Dawkins la llama “el Replicante”.
Esta molécula probablemente aprovechaba algunas clases de moléculas de las que tenía a su alrededor, utilizándolas como materia prima a la hora de replicarse.
Si supones que esta molécula pronto llegaría a ser más y más común gracias a su capacidad para replicarse aprovechando el abundante material que la rodeaba, supones bien.
NUEVOS REPLICANTES

Otra consecuencia del fenómeno es que, en el proceso de copia, a veces ocurrían errores. La mayoría eran insignificantes.
Sin embargo, al darsealgunos de estos errores sobre copias erróneas de copias erróneas de copias erróneas de copias erróneas de copias erróneas…, en tales casos dichos errores se hacían acumulativos.
Este error acumulado daba lugar a moléculas totalmente distintas a la original.
A menudo, las moléculas a que daban lugar tales fallos acumulados no eran aptas para sacar partido de su entorno o ni siquiera podían replicarse, por lo que no prosperaban.
En algunos casos excepcionales, sin embargo, la cadena de errores daba lugar accidentalmente a una molécula que no solo podía replicarse, sino que además contaba con alguna ventaja adicional sobre el Replicante original.
Quizás lo hacían más rápido y consumiendo menos energía.
O tal vez más a menudo y aprovechando mejor los recursos de su entorno.
Con el tiempo esto daría lugar a que —válgame la expresión— “los errores más acertados” fuesen superando en número a los Replicantes originales y sustituyéndolos.
Pronto nos encontraríamos frente a un panorama en el que diferentes tipos de Replicantes se viesen envueltos en una especie de competencia ciega e inconsciente en su carrera por producir copias de sí mismos.


Continuará...