lunes, 21 de noviembre de 2011

Un hombre solo

Qué puede hacer un hombre solo?

Te explicaré lo que yo hice.

Me encontraba sumergido en la mayor de las miserias. Alejado de toda posibilidad. Lejos de mis metas, de mis aspiraciones, incluso de mis primeros fracasos. Estaba tan lejos de todo, que difícilmente podía situarme. Ni siquiera sabía ya sin avanza, o retrocedía siempre.

Decidí hacer algo. Algo que debí hacer antes, pero eso no importa, lo importante es tomar de una vez ese último paso, y plantarlo entre toda la mierda que has sido capaz de acumular. A fuego, para siempre. Sin dudas.

Decidí coger mis últimos errores, y llevarlos a cabo. Me deshice así de ellos. Estaba limpio. Me sentía liberado. Tomé aire, respiré aire puro después de mucho tiempo. Gire una vuelta completa sobre mi mismo, quería observar lo que me quedaba, y me aseguré de lo que creía: estaba completamente solo.

Ya no había nada. Al fin era un hombre solo. Mis últimos errores estaban encajados en sus respectivos lugares. Llegaba el momento de actuar.

Me deshice de mi imagen, y la construí desde 0. Le implanté una dignidad. También arranqué parte del miedo, pero no todo, siempre es bueno dejar un pedazo. Reparé mi mirada. La preparé para no apartarse nunca. Para no esconderse. De qué? De quién? No, eso ya no va conmigo. Se acabó. Mis nuevos ojos podían ver lo que tenían justo en frente, podían ver hasta el horizonte, y podían ver más allá; donde ya la realidad no llega.

Al fin una mirada como merecía.

Arranqué también mis viejos brazos. Frágiles y molestos. Cualquier suspiro podía hacerlos girar sin sentido durante toda la noche. Coloqué unos brazos seguros. Confiados. A los que no les asustase tomar decisiones. Que no titubeasen a la hora de señalar, o golpear, pero que tampoco perdiesen el tacto para acariciar, o la fortaleza para sujetar.

Reparé mi corazón. Estaba algo viejo, y maltrecho. Demasiados lo habían utilizado, y se habían bebido hasta la última gota de mi sangre. Yo mismo se la ofrecí a muchos, cuando me quedaba la justa para sobrevivir. Esta vez bombea con más fuerza. Y es capaz de destrozar y triturar cualquier mano que se le acerque. Nadie consumirá mi corazón. Tan sólo yo, y lo que yo quiera.

Mi cuerpo fue remodelado por completo. Coloqué coraje, valentía, confianza. Los dejé escapar en su momento a cambio de promesas. Ahora volvían a su lugar origen.

Arranque la inseguridad incrustada tras mi oído. Esa vocecita causante de la mayoría de mis errores. La tenía en mi mano, parecía tan poquita cosa. Dudé un instante, sus ojos eran extremadamente tiernos, pero la fuerza que me había inyectado y que ya corría por mis venas, hizo que me la lanzase a la boca, y me la tragase sin más miramientos. Esa puta perdería su vida, en las profundidades de mis adentros.

Tenía la imagen construida, pero eso es siempre lo más fácil. Cogí el último cigarro que guardaba, yo no fumo, pero que más dará, en ese momento lo hice, hazme caso. O sino al menos finge creértelo ya que has llegado hasta aquí. De una sola calada, me tragué todo el humo posible. Pero este no era un humo cualquiera. Este humo contenía mi ímpetu, mi convicción, mi talento, mis principios. Lo retuve en el interior de mi boca, y sentí como se deslizaba hasta mis pulmones. Ya era mío. Ya estaba dentro.

En ese momento, me sentía más poderoso que nunca. Recuerdo incluso que percibí como la energía recorría mi cuerpo, haciéndome llegar al mayor éxtasis que jamás haya sentido.

Todo eso era mío. Me lo merecía. Al fin había derribado cada muro que me impedía acercarme hasta mi mismo. Derribe las defensas propias, y las ajenas. Al fin me percibía, fuera de la escarcha a la que me había sometido la desidia.

Probé mi cuerpo, cada gesto. Probé mi espíritu, cada emoción. Probé mi fortaleza, cada creencia.

Estaba listo. Al fin lo estaba.

Y el mundo lo sabía. Tú lo sabias. Ellos lo sabían. Tus amigos lo sabían. Mis enemigos lo sabían. Todos sabían lo había logrado. Al fin había recuperado lo que perdí hace tanto tiempo. Ahora cada alma se arrodillaba ante mi nueva actitud. Me sentía impulsado a lograr lo que quisiese. Se acabaron los sueños. Los sueños están sobrevalorados. Ahora prefiero grabar instantes. Si, ahora es mi momento. Bienvenida fuerza. Bienvenido ánimo. Bienvenida pasión. Bienvenida esencia.

Bienvenido yo a vuestro mundo. Preparaos, porque ya nada volverá a ser igual.

Al fin soy un hombre solo. Al fin el mundo me pertenece.

No hay comentarios:

Publicar un comentario